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¡Buenos días a todos! O quizá... debería decir: ¡Buenas tardes! o tal vez... ¡Buenas noches!

La verdad es que no lo sé. Esto de ser educado, tiene sus complicaciones, al menos para mí.

Bien, eh, uff, por donde empezar... un amigo me está ayudando mucho con todo esto de la era de la tecnología, como le llama él a esta etapa de mi vida. 

- ¡Dino tienes que actualizarte, tienes que estar al día!, me repite una y otra vez. Y yo, con mucho esfuerzo, venga a actualizarme, venga a actualizarme.

La semana pasada, en la oficina -mi amigo trabaja en la oficina- me dijo : - Mira, lo que tienes que hacer mientras no consigas acordarte de las cosas y familiarizarte con todo esto, es por lo menos tomar notas, hay que quedarse con todo, un poco de aquí un poco de allá, ¡en esta vida hay que ser una esponja, tío! ¿Ya me tiendes, no?

- Sí, entiendo. Le contesté. Entendí lo de tomar notas y lo de quedarse con todo, lo de la esponja, no sé lo que quería decir, pero a mi amigo le gusta que le responda sí.

Desde entonces no he dejado de tomar notas. Con respecto a lo de quedarme con todo, tengo que ir haciéndolo poco a poco. Ayer me quedé con un bolígrafo de color azul de Tomás, que he guardado en mi cajón, una taza de café de Tomás que he guardado en mi cajón, y una libreta de notas de Tomás.

Por cierto, Tomás no es el amigo del que os hablo.

He empezado a leer la libreta de notas de Tomás. No he entendido demasiado, pero creo que a ese tipo de notas es a las que se refiere mi amigo, así que continuaré leyendo y tomando notas.